1 kg. de alcachofas.
1 limón.
1 cabeza de ajos.
Harina.
Dos hojas de laurel.
Aceite, vino blanco, agua.
2 cucharadas soperas de vinagre.
1 trozo de calabaza.
2 lonchas de jamón ibérico o serrano.
Sal, pimienta, tomillo
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Les cortamos
los rabos y parte de la base, les quitamos las primeras capas de hojas y les
cortamos la punta. Hecho esto en cada alcachofa, la untamos con limón, para
evitar que se oxiden y ennegrezcan y las vamos depositando en un bol con
agua con limón. Cogemos una cabeza de ajos. Sacamos todos los dientes, los
pelamos y los cortamos en láminas gruesas. Los ponemos a freír en una sartén
a fuego medio.
Cuando empiezan a dorarse los depositamos en una cazuela que dispondremos al
lado. Eliminamos con cuidado cualquier resto de ajo en ese aceite y lo
volvemos a poneer al fuego. Vamos sacando los corazones de alcachofa del
agua, los secamos y los partimos en cuatro trozos. Vamos poniendo los trozos
en la sartén para que se vayan friendo. Tienen que dorarse bien. Hecho esto,
trasladamos las alcachofas a la cazuela donde teníamos los ajos. Al mismo
aceite de la sartén, añadimos una cucharada sopera raseada de harina y tres
hojas de laurel. Tostamos un poco la harina y añadimos un chorrito de vino
blanco, dejamos un hervor y lo volcamos todo a la cazuela.
Bien. Ahora, incorporamos a la cazuela unos granos de pimienta negra, sal y
si queremos, un poco de tomillo. Cubrimos de agua y dejamos que se haga todo
a fuego lento. Unos 20 minutos aproximadamente. Entonces, añadimos dos
cucharadas soperas de vinagre de vino y dejamos que se haga otros 10
minutos. El plato ya está listo.
Variación: Podemos comernos las alcachofas tal cual, como un primer plato.
Podemos dejarlas templar e incorporarlas como parte de una ensalada. Pero
nosotros vamos a darle un toquecito de contraste a este plato. Cortamos en
juliana muy fina un poco de calabaza y un par de lonchas de jamón serrano o
ibérico. En una sartén con el aceite muy caliente, salteamos la calabaza
hasta tostarla. Entonces añadimos las tiras de jamón, y en medio minuto lo
retiramos.
Con una espumadera escurrimos bien de aceite y esparcimos esta mezcla por
encima de los platos donde hayamos colocado las alcachofas. La melosidad de
éstas contrastará con el crujiente de la calabaza y el jamón. Una delicia
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